Más comúnmente conocida como la formación de cálculos en cualquier parte de las vías urinarias, la litiasis urinaria es una enfermedad común en la urología actual. Es producto de la formación de piedras o masas solidas a partir de la precipitación o unión de pequeños cristales de diferentes minerales presentes en la orina:
En la actualidad, se estima que un 10% de la población general es portadora de cálculos de las vías urinarias, la que es más habitual en personas de entre 30 a 50 años y del sexo masculino, con una relación de 3:1 entre hombres y mujeres.
Si bien, la formación de cálculos no tiene una única causa, se han identificados varios factores de riesgo que predisponen a sufrir de esta enfermedad en forma más frecuente:
La presentación clínica más habitual de la litiasis urinaria es el dolor, causado por la obstrucción y la subsecuente dilatación y espasmos de la vía urinaria. Este dolor es generalmente de presentación repentino o súbito en el flanco o costado del abdomen que se puede irradiar al abdomen inferior y región genital. Además puede estar frecuentemente asociado a nauseas, vómitos, sudoración, urgencia y/o ardor al orinar, puede asociarse a la presencia de sangre en la orina o eliminación de pequeños fragmentos de cálculos en esta, además de comprometer el estado general y fiebre.
Actualmente, muchos de los cálculos son diagnosticados o encontrados en pacientes sin síntomas como hallazgos en exámenes de imágenes de rutina.
Existen varios exámenes de imágenes que sirven para diagnosticar la litiasis urinaria, destacando el uso de la Ecotomografía (ecografía), Tomografía computada (TAC) o Scanner y resonancia nuclear magnética (RNM). El más habitualmente utilizado y que corresponde al examen de elección, es la Tomografía computada de abdomen y pelvis sin contraste, o mas comúnmente conocida como PieloTAC, ya que este examen entrega a su médico la información necesaria en cuanto al número, tamaño, ubicación, forma y dureza del cálculo, lo que es fundamental para la planificación y control del tratamiento.
Según la presentación clínica, síntomas, los hallazgos en los exámenes de imágenes y eventualmente algunos exámenes complementarios (hemograma, función renal y examen de orina, entre otros), el tratamiento puede ir desde una conducta expectante, con el consiguiente aumento de la ingesta de líquidos y el uso de analgésicos, hasta la necesidad de tratamiento antibiótico y la hospitalización urgente para el retiro del cálculo o desobstrucción de la vía urinaria comprometida en casos graves de sepsis.
Si bien el tratamiento está enfocado en el alivio de los síntomas inmediatos del paciente y prevenir la recurrencia de estos, no es menos importante el control posterior para evitar el daño de la vía urinaria y la recuperación de la función renal perdida por la obstrucción producto del cálculo impactado o en descenso.