Los riñones son 2 órganos sólidos de unos 150 a 180 gramos y aprox. 10-13 centímetros de largo cada uno. Situados por detrás de los órganos abdominales, uno a cada lado de la columna y protegidos por las ultimas 2 costillas.
Encargados de filtrar la sangre y formar la orina como medio de eliminación de los desechos, sales minerales y agua. Así también son los encargados de la producción de hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y la producción de glóbulos rojos.
El cáncer renal es el tercer cáncer más frecuente en urología, después del cáncer de próstata y vejiga.
El cáncer renal o tumor maligno del riñón, es producto de la formación, acumulación y crecimiento de células renales alteradas o dañadas de manera descontrolada, formando masas en uno o ambos riñones. El más frecuente de los cáncer de riñón en es carcinoma de células claras, con un 85 a 90% del total. Así también, la presencia de un tumor renal se puede deber al implante o metástasis de un cáncer originado en otro órgano.
En resumidas cuentas, si bien se sabe que durante la división normal de las células renales se produce una alteración del material genético (ADN) lo que lleva a un crecimiento no controlado de las células alteradas, no se conoce la causa específica de por qué se produce o desarrolla cáncer renal, lo que sí se conoce son ciertos factores de riesgo, que en personas susceptibles podrían llevar a predisponer y formar un cáncer renal.
El tabaquismo duplica el riesgo de padecer un cáncer renal, pudiendo llegar a ser el responsable de entre el 25- 30% de los cánceres. Así también la obesidad, la hipertensión arterial, dieta rica en contenido graso y el abuso de algunos medicamentos como el paracetamol, ibuprofeno y diuréticos se han visto asociados al desarrollo del cáncer renal.
La edad más frecuente de presentación es entre 50- 70 años y los hombres tienen 2 a 3 veces más de riesgo de desarrollar un cáncer renal en comparación a la mujeres.
La enfermedad renal crónica, diálisis a largo plazo y antecedentes familiares de cáncer también son un factor de riesgo, por lo que se recomienda un control frecuente en este tipo de pacientes.
En sus etapas iniciales, el cáncer renal raramente causa síntomas o molestias. En estos casos la mayoría de los tumores son diagnosticados en forma incidental o casual por medio de un estudio de imágenes solicitado por otra causa o afección.
Algunos de los síntomas que pueden estar presentes al momento del diagnóstico son:
Si bien no existe una forma comprobada de prevenir en todos los casos esta enfermedad, algunas medidas que pudieran reducir el riesgo son:
El diagnóstico se realiza, tanto en pacientes sin molestias (en forma incidental) o en pacientes con síntomas y sospecha de un tumor renal por medio de exámenes de imágenes y algunos exámenes complementarios.
Su médico puede solicitar uno o más exámenes para diagnosticar y complementar el estudio del cáncer renal:
El tratamiento del cáncer renal ofrecido un paciente en particular va a depender de múltiples factores, entre los más importantes destacan los arrojados por los estudios tanto de imagen y exámenes generales realizados
Factores generales a considerar:
Ambas técnicas se pueden realizar tanto por la vía abierta o cirugía convencional y así también por técnicas mínimamente invasivas como laparoscopía o cirugía asistida por robot.